viernes, 6 de abril de 2012

La Silla

La hija de un hombre le pidió al sacerdote del pueblo que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo.

Cuando el sacerdote llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre
en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.

Había una silla al lado de su cama, por lo que el pastor asumió que el hombre
sabía que vendría a verlo.

"Supongo que me estaba esperando", le dijo.
"No, ¿quién es usted?", dijo el hombre.

"Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted, cuando vi
la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo estaba viniendo a verlo"

"Oh sí, la silla", dijo el hombre enfermo, "¿Le importa cerrar la puerta?"

El sacerdote cerró la puerta.

Nunca le he dicho esto a nadie, pero...
toda mi vida la he pasado sin saber como orar. Cuando he estado en
la iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar
y los beneficios que trae, etc., pero siempre esto de las oraciones
me entró por un oído y salió por el otro pues no tengo idea de cómo hacerlo.
Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.

Esto ha sido así en mi hasta hace unos cuatro años, cuando conversando
con mi mejor amigo me dijo:

"José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús.
Así es como te sugiero que lo hagas... te sientas en una silla y colocas
otra silla vacía enfrente de ti, luego con fe miras a Jesús sentado delante de ti".

No es algo alocado hacerlo pues Él nos dijo:
"Yo estaré siempre con ustedes."

Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás
haciendo conmigo ahora mismo

Así lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas
dos horas diarias desde entonces.

Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija pues me internaría de inmediato en la casa de los locos".

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que
era muy bueno lo que había estado haciendo y que no cesara de hacerlo.
Luego hizo una oración con él, le dio su bendición, y se fue a su iglesia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle
que su padre había fallecido.

El sacerdote le preguntó: -¿Falleció en paz?-
Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui
a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso.

Cuando regresé de hacer compras una hora mas tarde, ya lo encontré muerto.

Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente
justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama
y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré,
¿Que cree usted que pueda significar esto?

"El sacerdote se secó las lágrimas de emoción y le respondió:

"Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera".
Tu padre descansó su vida sobre las piernas de Jesús, ya que el siempre imaginaba en su oración que Jesús estaba frente a él, en su silla.

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